miércoles, 3 de julio de 2013

Democracia y sometimiento (Egipto y México hoy)

Por Jorge E. Huerta Ling

Los tiempos recientes han estado abarrotados de noticias de toda índole, comenzando por el hecho histórico del golpe de estado en Egipto hasta una serie de acontecimientos menores que, sumados, nos ayudan a dibujar la triste situación por la que atraviesa México y las próximas elecciones en 14 estados este 7 de julio de 2013.

Hecho histórico y universal, la movilización de la sociedad en Egipto, que nos muestra nuevamente que en estos tiempos, más que los partidos políticos, el factor decisivo del cambio es la sociedad civil en movimiento. Con sus desventajas y debilidades: no hay un estado mayor o un comité central que defina con precisión los momentos y los rumbos. Pero también con sus fortalezas y ventajas: la capacidad de sumar voluntades hacia un objetivo común, sin las vedas y vetos que imponen las ideologías y los programas de partidos.

En alto grado espontaneidad contra planificación, pero cada vez más, con el ejemplo egipcio, dentro de marcos de alta racionalidad y contención, como si más allá de las apariencias hubiera un autocontrol que evitara los desgastes inútiles y aun suicidas y que llevara al movimiento por las avenidas reales del éxito y la construcción profunda.

Por supuesto que, en Egipto, lo más difícil está aún por realizarse: la edificación de una genuina democracia, no según el restringido modelo estadunidense (por eso se prolongó durante más de treinta años el autoritarismo de Mubarak), sino una democracia en la cual, en efecto, la ciudadanía, sus intereses y necesidades estén presentes siempre en las futuras tomas de decisión.

Tal modelo imaginado y en construcción posible será el que verdaderamente revolucione Medio Oriente y el mundo musulmán.  Más; el que realmente tenga un impacto universal y duradero. En América Latina parece que en algunos momentos nos hemos acercado a experiencias semejantes: en todo caso, tales son los primeros pasos de la ruta para alcanzar una sociedad genuinamente liberada y liberadora. Por eso todos los hombres y mujeres que buscan, encuentran y defienden la genuina democracia viven hoy un momento de plenitud con el logro de los egipcios, que deseamos tenga influencia e impacto multiplicado al menos en su región.

Enseñanza inolvidable de estos días: las raíces espirituales y culturales de la tradición musulmana se han manifestado con toda su fuerza y esplendor, lo cual no tiene relación alguna con la grotesca imagen publicitaria que se ha querido imponer sobre la cultura islámica, equivalente a barbarie y crueldad. La lección de Egipto nos muestra exactamente lo contrario: la calidad, refinación y alcurnia de una de las tradiciones culturales más soberbias de la Tierra.
A diferencia de ese ejemplo de sensatez política, nuestros vecinos del norte y diría, también nuestros actuales dirigentes, se han exhibido otra vez recientemente como gente sin contención alguna en sus ambiciones. En México, el Ejército en las calles para emprender una guerra que nadie ha autorizado llega ya a sus límites de provocación y atropello al orden jurídico, sobre todo a los derechos humanos, y exhibe nuevamente sus mentiras e intenciones ocultas, queriendo nuestros políticos que salgan a patrullar este domingo 7 de julio durante la jornada electoral, porque no somos lo suficientemente maduros para poder llevar a cabo un derecho con plena voluntad y orden.

El Ejército en las calles es, en primer término, señal inequívoca de que en México no se permite la protesta social, sino en términos absolutamente restringidos.

Recordando un poco si por una referencia leve a la integridad presidencial, pidiendo que se aclarara y que corrió ampliamente de boca en boca, dando fin al contrato de trabajo de la periodista Carmen Aristegui en febrero de 2012, entonces ¿Qué podemos pensar que ocurriría por una protesta política multitudinaria, estando ya el Ejército en las calles? ¿Se percibe, entre otros efectos violatorios de los derechos de la persona, la consecuencia inhibitoria y prohibitiva de facto que implica la invariable presencia pública de las fuerzas armadas del Estado?

México no se encuentra en un golpe de estado, pero no estamos muy lejos de la frase…Cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia…La violencia contra candidatos en las campañas de 14 estados del país es la más alta registrada en los últimos años. A unos días de que los ciudadanos acudan a las urnas para renovar una gubernatura, diputaciones locales y más de la mitad de las alcaldías del país, al menos cuatro candidatos han sido asesinados en poco más de dos semanas.

Además fue asesinado el hijo del coordinador de campaña en un municipio de Sinaloa y un dirigente del PRD local en Oaxaca. Tres candidatos más han sido atacados.

En Veracruz, el candidato a primer regidor en Boca del Río, Carlos Alberto Valenzuela, fue secuestrado y liberado cinco horas más tarde, denunció el dirigente de visita en el estado. Horas más tarde, la Procuraduría de Justicia del estado dijo que el candidato ya estaba en su casa.

"Estamos viviendo el terror", dijo el dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Gustavo Madero, en entrevista, pero lo que no especificó, si dentro de su partido o en todo el país.

“Hubo llamadas, hubo tortura, hubo hechos de sangre y hubo mensajes y violaciones a las  hermanas de algunos candidatos para decirles lo que les va a pasar. Lo único que quieren es que la gente tenga miedo, tenga pánico y que la gente no vaya a votar", dijo el dirigente en referencia al ambiente electoral en los estados.
Pero, además de las consecuencias internas, de las que no podemos excluir una secreta intención de prolongar el poder, por la persona y partido de quien ejerce las funciones presidenciales, tenemos ya a la vista otro efecto absolutamente indeseable y rechazable.

El presidente Peña Nieto dijo que trabaja con las autoridades electorales para garantizar que todos los ciudadanos emitan su voto libre y secreto, así como para garantizar la equidad y transparencia.

Como nunca habíamos visto, la violencia vinculada a las elecciones se está disparando. El 2013 está siendo un parteaguas nacional en esta materia.

El asesinato del candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, en junio de 2010, fue un “foco amarillo” sobre la violencia contra candidatos, recordemos.

En marzo de ese año, el aspirante del PAN a la alcaldía de Valle Hermoso, José Mario Guajardo Valera, también fue asesinado.

Pero los asesinatos y ataques contra candidatos en el proceso electoral de 2013 son un “foco de alerta rojo” de cara a los comicios intermedios de 2015.

El Instituto Federal Electoral (IFE) condenó los lamentables hechos de violencia ocurridos en algunas entidades en el marco de procesos electorales contra candidatos a cargos de elección popular y militantes de partidos, culpando directamente al crimen organizado por ésta violencia electoral y mi pregunta es:

Necesariamente el crimen organizado son únicamente el narcotráfico y otros grupos delictivos…?



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