lunes, 24 de junio de 2013

¿Reforma Energética o Reforma de PEMEX?

Por Jorge E. Huerta Ling
La Reforma energética puede definirse como el cambio del marco jurídico que permita la participación de empresas privadas y sociales en la generación y distribución de la energía eléctrica, en la extracción y el procesamiento de petróleo, y en la producción de otras formas de energía.
El planteamiento formal de iniciar un proceso de reforma energética en el país se registra desde 1999, con la iniciativa de ley que el titular del poder ejecutivo federal presentó ante la Cámara de Senadores, para que se legislara en torno a la privatización de algunas áreas del sector eléctrico y el relacionado con la actividad petrolera.
En cuanto al petróleo, México está perdiendo terreno frente a la competencia internacional fundamentalmente por causas tecnológicas y operativas. Las reservas del petróleo están disminuyendo y hay reservas privadas para poco más de 9 años de producción, la cual ha caído consideradamente porque PEMEX no cuenta con la capacidad necesaria para refinar el petróleo dejando  de recibir 100 millones de pesos anuales, porque 4 de cada 10 litros de gasolinas que consumimos vienen de otros países.
Adicionalmente, PEMEX enfrenta un cuantioso pasivo laboral, que no está fondeado y que crece con velocidad. Si bien esta problemática no es exclusiva de la empresa toda vez que atañe a la totalidad del sector público, constituye uno de los principales desafíos para el futuro del organismo.
Igual que hoy, las compañías extranjeras se unieron con la clase política y aparecieron los Mouriño, los Bribiesca, los Nava, los Martínez, los Beltrones y ya no le sigo más porque mi artículo me lo llevo en todo un listado de nombres…
La Pearson hizo miembros del consejo de administración de "El Águila" al hijo de Porfirio Díaz, al gobernador del Distrito Federal, Guillermo de Landa y Escandón, a Enrique Creel, a Pablo Macedo y a otros miembros de la clase política de esa época. Decían también que actuaban en beneficio del país, cuando en realidad actuaban para beneficio de ellos mismos…En dónde he leído esto…?
Dejaron a un lado el principio básico de la dignidad de todo ser humano. El de respeto y rechazo de toda manipulación: Redujeron los seres humanos a "cosas", como un medio para lograr sus fines personales.
Miguel Alemán utilizó argumentos similares a los del gobierno actual: era urgente que PEMEX aumentara sus reservas y producción para un mercado interno creciente.
Alemán también anuncio que en virtud de nuevas reservas y ante las limitaciones de PEMEX, se había tenido que firmar cinco "contratos riesgo" con petroleros norteamericanos para que buscaran petróleo.
Con Fox en la presidencia y Felipe Calderón en la Secretaría de Energía, revivieron los contratos riesgo, ahora llamados "contratos de servicios múltiples" y con duración de 15 a 20 años.
Calderón defendió esta forma de asociar a PEMEX con capital privado externo con los mismos argumentos que en su momento usara Miguel Alemán: PEMEX necesitaba del capital y la tecnología externas para hacer frente a las crecientes y urgentes demandas energéticas de México.
Es importante mencionar que México desde 1990 No ha expandido en forma importante su capacidad y su crecimiento es marginal 0.1%.
Preocupante lo que sucede en nuestro país. Sin lugar a dudas hay una gran confusión y, por ende, un avance muy limitado hacía la toma de decisiones de crucial importancia para la vida futura de todos los ciudadanos Mexicanos.
Vivimos la polarización social con base en una importante propuesta, pero que no es una "Reforma Energética". Los partidos y el poder legislativo, el Presidente de México y la Secretaría de Energía, como parte del ejecutivo, debaten sobre lo que debe llamarse propiamente la "Reforma de Pemex", lo cual obviamente no es lo mismo que una "Reforma Energética".
Y ambas Reformas son muy importantes para nuestro país. La Reforma de Pemex lo es a muy corto plazo, pero la Reforma Energética debiese serlo en el corto, mediano y largo plazo. Tendrían que estar interconectadas, y no ir una antes que la otra, sino una como elemento importante para la otra. Ambas son, desde hace mucho tiempo, parte fundamental y necesaria de una estrategia integral para el desarrollo de México. Desafortunadamente, lo que se tiene ahora es una confusión entre la una y la otra, causando que la mayoría hable de la reforma de Pemex, llamándola Reforma Energética, y que otros pocos hablen de la Reforma Energética, sin percibir que no es lo que está en discusión, por ahora.
Pemex, genera recursos financieros que constituyen una buena parte del producto interno bruto, por lo que es actualmente la empresa paraestatal más importante de nuestro país. Se dedica a extraer del subsuelo costero uno de los recursos energéticos que tenemos disponibles en abundancia (aunque no el único). Sin embargo, como empresa, hace muy poco para explorar y explotar nuevos pozos, y gran parte de este recurso, no-renovable, lo exporta sin darle ningún valor agregado. A cambio de ser la "caja grande" del gobierno federal, a través de la SHCP, se le permite ser una empresa ineficiente, al estar controlada por uno de los sindicatos mas poderosos y mas corruptos en Latinoamérica. Y por lo tanto, las perspectivas de su permanencia, como empresa productiva, son cada vez menores.
No es necesario ser un experto para intuir -como real- un diagnóstico como el anterior, el cual seguramente coincide con lo que la misma Secretaría de Energía ha presentado recientemente, de manera mucho más extensa. También es obvio que la solución propuesta por el mismo gobierno federal no resuelve los grandes problemas de esta empresa. Poco se dice acerca de la estructura organizativa, ya que prácticamente continuará siendo la misma, excepto por el cambio en el consejo de administración.
Por lo tanto, la corrupción continuará afectando la eficiencia y productividad de la misma. Aparentemente se desea que siga siendo la "caja grande" del mismo gobierno, y hasta de los gobiernos estatales, quienes también quieren una parte del pastel.
Se habla, por ejemplo de la participación de empresas en la operación de nuevas plantas de refinación requeridas para producir la gasolina que cada vez importamos en mayor proporción. Sea porque no conocemos la tecnología, sea porque nos costaría muy cara o sea porque habrá que atender a los intereses de las empresas nacionales y extrajeras que desean participar en este lucrativo negocio.
En otras palabras, poco se hace por resolver el problema más grave que es la cada vez menor productividad de Pemex, dejando a la empresa prácticamente como ha operado hasta hoy, con todas las deficiencias antes mencionadas, pero permitiendo que el capital privado participe abiertamente, particularmente en la explotación de los productos derivados del petróleo. Por lo tanto, las críticas a la propuesta del gobierno federal se justifican y habrá mucho que hacer para encontrar una solución óptima a la grave situación de Pemex y para ello nada mejor que una discusión amplia, con gente bien informada técnicamente y con espíritu abierto para encontrar soluciones para impulsar los cambios estructurales que se requieran, para hacer de Pemex una empresa de clase mundial y mucho más productiva para todos los Mexicanos.
Hacer nada tampoco es la solución, dejando todo como está; y en este sentido tiene que haber propuestas alternativas, las cuales aun no son claras por parte de los demás interlocutores activos en este debate.
Como país, no tenemos objetivos en cuanto a nuestra diversificación energética y tampoco diagnósticos claros sobre aquello que debemos lograr en el corto, mediano y largo plazo, tomando en cuenta las circunstancias de México. Por lo tanto, no tenemos ni la política nacional, ni las leyes, ni un marco regulador que orienten el desarrollo de las nuevas fuentes de energía, condenando a nuestro país a la vulnerabilidad que implica nuestra dependencia de la industria extranjera.
Ahora que es posible, no se impulsa -como parte de una política de estado- el surgimiento de nuevas empresas que compitan en la producción de equipos para generar energías alternativas.
En otras palabras, si no queremos ser dependientes de tecnología externa para contar con nuevas fuentes de energía, lo cual será la tendencia en el futuro, tenemos que empezar a planear, a invertir para el mediano plazo, y a desarrollar una tecnología propia, proponiéndonos metas que estén acordes con el desarrollo requerido por nuestro país. Desafortunadamente, los inversionistas nacionales todavía no ven a las energías renovables como un nicho, porque el poder legislativo y el ejecutivo que debiesen definir una política clara en este sentido, no lo han hecho todavía.
En otros lugares, una fuente de financiamiento para la diversificación energética son los excedentes o las ganancias provenientes del petróleo. Son empresas petroleras las que están invirtiendo en el desarrollo y en la producción de nuevas fuentes de energía, lo cual es muy razonable, si recordamos que el petróleo es un bien no-renovable, y habrá de acabarse en algún momento. Por lo tanto, en un país con los recursos petroleros con que contamos, tendríamos que razonar de manera similar, y usar una parte de las ganancias para desarrollar nuestras alternativas energéticas. Es aquí, donde se requiere que haya Reformas, la de Pemex y la Energética, que sean integrales y sinérgicas para lograr un verdadero desarrollo, particularmente en un sector que es estratégico, tanto para México como para cualquier otro país.
En conclusión, lo único que vemos en este momento es atraso político y confusión, atraso tecnológico, falta de iniciativa, falta de metas a mediano y largo plazo, falta de planeación, falta de políticas para el desarrollo de nuevas industrias, en pocas palabras, falta de visión sobre el México que queremos y necesitamos en el futuro.
Esperemos que la verdadera discusión y debate se den y que el resultado, al final de la noche, sean reformas equitativas, promotoras del desarrollo y ventajosas para todos los ciudadanos que somos parte de este país, tan cerca de los recursos energéticos naturales, pero tan lejos de los intereses comunes.

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