martes, 29 de noviembre de 2011

El adelgazamiento de la Segob
Por Ernesto Núñez, Periódico Reforma 20 nov. 2011 Sección Enfoque.

La Secretaría de Gobernación ya no cuenta con los instrumentos institucionales ni con las atribuciones legales para garantizar la gobernabilidad del país, y no hay otra instancia que cumpla con esa función, advierten especialistas y ex secretarios.

De la Secretaría de Gobernación surgieron, en el siglo XX, ocho candidatos a la Presidencia de la República. Sólo uno de ellos perdió las elecciones, justo el año en el que cayó el régimen priista.
Durante más de medio siglo, el despacho del Palacio de Covián simbolizó el poder del sistema; encumbró y frustró carreras políticas, administró las ambiciones de los herederos de la Revolución, reguló las relaciones del Ejecutivo federal con gobernadores, presidentes municipales, las Cámaras del Congreso, los sectores sociales, los sindicatos, los empresarios, las iglesias y la oposición. Premió y castigó. Y, a su modo, garantizó la gobernabilidad.
Durante 48 años, entre 1940 y 1988, hubo 11 secretarios de Gobernación, la mayoría de los cuales duraron casi todo el sexenio en el cargo. El último de esa estirpe fue Manuel Bartlett Díaz, quien estuvo ahí todo el sexenio de Miguel de la Madrid.
En los 23 años siguientes, en coincidencia con la transición, han pasado por ese despacho 14 secretarios, tres más que en la etapa anterior, y algunos de ellos han durado menos de un año en el cargo.
Dos tragedias y dos nombramientos que no satisficieron las expectativas del Presidente provocaron que Felipe Calderón haya nombrado ya a cinco secretarios: Francisco Ramírez Acuña, Juan Camilo Mouriño, Fernando Gómez Mont, Francisco Blake Mora y Alejandro Poiré. En todos los casos heredaron un cargo sin las atribuciones y el poder que se tenía en el antiguo régimen.
El despacho de Bucareli es hoy en día, según el especialista Ignacio Marván y tres ex secretarios de Gobernación (Manuel Bartlett, Francisco Labastida y Santiago Creel), una oficina disfuncional que ya no tiene los instrumentos para cumplir las principales tareas que le asigna la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.
Entre esas funciones, que hoy en día ya no se cumplen a cabalidad, destacan: "conducir la política interior que compete al Ejecutivo", (artículo 27, fracción XII); "... favorecer las condiciones que permitan la construcción de acuerdos políticos y consensos sociales para mantener las condiciones de gobernabilidad democrática", (fracción XVII); "formular, regular y conducir la política de comunicación social del Gobierno Federal y las relaciones con los medios masivos de información", (fracción XXVII), y "contribuir a dar sustento a la unidad nacional, a preservar la cohesión social y a fortalecer a las instituciones de gobierno" (fracción XXX).
Los entrevistados coinciden en que, tras los ajustes hechos por Vicente Fox en el año 2000 y por Calderón en el 2006, la Secretaría de Gobernación no garantiza ya la gobernabilidad del país.

El desdibujamiento

El 13 de diciembre de 1998, el Ejecutivo federal creó la Policía Federal Preventiva, un cuerpo civil que pretendía atender la crisis de seguridad que estalló durante el sexenio de Ernesto Zedillo, y se puso bajo el mando del entonces secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa.

El esquema de operación funcionó menos de dos años, pues el 30 de noviembre del 2000 el aún presidente Zedillo promulgó el decreto de reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, para crear la Secretaría de Seguridad
Pública, a la que se transfirieron el mando de la PFP y las atribuciones que en materia de seguridad le estaban encomendadas a Gobernación.


El diseño hecho por el equipo de transición de Vicente Fox buscaba "despolitizar" la seguridad y hacer más eficiente la lucha contra la delincuencia. Pero hoy en día, esa decisión es vista como un error incluso por uno de sus principales protagonistas: Santiago Creel.
Sobre ese periodo, el entonces secretario de Gobernación admite que el diseño institucional que le tocó a él operar durante cinco años (diciembre de 2000 a junio de 2005) no era el adecuado.

"Gobernación ya no es lo que fue antes de la alternancia, pero tampoco responde a la problemática actual del país. En aras de combatir la antigua Secretaría de Gobernación, es decir la policía política, se separaron las funciones de seguridad para depositarlas en una nueva Secretaría; sin embargo, quedó un híbrido. Se dejaron a Gobernación funciones como la migración, pero sólo administrativamente, porque no tiene capacidad de proteger fronteras.
"Todo esto me ha hecho pensar, después del diseño de Fox en el 2000 y de haber operado ese diseño, que no es el óptimo ni el conveniente para enfrentar la problemática que vive el país", comenta Creel.

Pero quitarle la operación de la seguridad interna no fue el único cambio que hizo Fox en detrimento de Gobernación: en su administración se crearon las coordinaciones de enlace legislativo, que dieron a cada Secretaría de Estado la posibilidad de cabildear sus asuntos con la Cámara de Diputados y el Senado de la República.

La Subsecretaría de Enlace Legislativo se mantuvo, pero en los hechos el titular de Segob dejó de ser el interlocutor con el Congreso. Funcionarios panistas y legisladores de esa época recuerdan cómo la Secretaría de Hacienda adquirió más peso que Gobernación en la relación con los diputados y con los gobernadores, pues la negociación del Presupuesto de Egresos excluyó por completo a los funcionarios de Gobernación.

En octubre del 2002, Fox y su esposa Marta Sahagún dieron otro golpe a la Segob al operar el llamado "decretazo", que eliminó el 12.5 por ciento de los tiempos fiscales del Estado en la televisión concesionada, con lo que quedó patente que la relación del Ejecutivo con los medios masivos y la política de comunicación social se manejaban desde Los Pinos y no en Bucareli.

Con todo, Creel fue el secretario de Gobernación que más tiempo ejerció el cargo en las últimas dos décadas (cinco años), hasta ser sustituido por el panista Carlos Abascal, quien enfrentó dos problemas surgidos durante el último año de Fox: el conflicto de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y el conflicto postelectoral tras la contienda entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador.

A partir del inicio de su sexenio, el actual Presidente terminó de adelgazar a Gobernación.

El 4 de diciembre de 2006 promulgó un decreto para crear nuevamente la Oficina de la Presidencia de la República y colocar ahí a su colaborador de mayor confianza, Juan Camilo Mouriño (tal como lo había hecho Carlos Salinas con José Córdoba Montoya en su sexenio).

La oficina era un cargo a modo, que confería a Mouriño 16 funciones, entre las que destacaban algunas que, según la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, corresponden al secretario de Gobernación, tales como la relación con partidos, gobernadores, alcaldes, sindicatos, sectores sociales e incluso iglesias. Desde el arranque quedó clara la instrucción de que los secretarios de Estado debían reportarse a Los Pinos, y no a Bucareli.

Durante el primer año de gobierno de Calderón fue Mouriño, y no el secretario Francisco Ramírez Acuña, quien operó las principales reformas que se hicieron con apoyo del PRI y un sector del PRD: la creación del IETU, la reforma político-electoral y la Ley del ISSSTE.
En enero del 2008 Calderón decidió nombrar secretario de Gobernación a Mouriño e hizo patente que la Oficina de la Presidencia era un cargo a su medida, pues publicó un nuevo decreto (Diario Oficial de la Federación, 21 de enero de 2008) mediante el cual le quitó al nuevo titular (Gerardo Ruiz Mateos) las facultades extraordinarias dadas a Mouriño.
Como secretario, Mouriño fue desactivado políticamente por López Obrador, quien reveló los contratos de su familia con Pemex y puso en duda su credibilidad en plena negociación de la reforma energética.

Tras la muerte de Mouriño (4 de noviembre del 2008), Calderón nombró en Segob al abogado Fernando Gómez Mont, a quien encargó entre otros proyectos la reforma política.
Gómez Mont sobrevivió a la derrota del PAN en las elecciones intermedias del 2009 (pues el dirigente panista Germán Martínez asumió con su renuncia toda la responsabilidad), pero a finales de ese año pactó con Enrique Peña Nieto y Beatriz Paredes (con el nuevo líder panista, César Nava, como testigo) un compromiso de no aliarse con el PRD en las elecciones del 2010.

Nava desconoció el acuerdo, pactó con Los Chuchos alianzas PAN-PRD en las elecciones locales, y entró en colisión con Gómez Mont.

Calderón se puso de lado de su dirigente partidista, desautorizó a su secretario de Gobernación y, tras los comicios y el éxito de las alianzas en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, el abogado fue relevado por Francisco Blake Mora.
El bajacaliforniano asumió el 14 de julio del 2010 y recibió como principal instrucción retomar la conducción de la estrategia de seguridad.

El 7 de enero del 2011, el Presidente dio una nueva señal que fue interpretada como un debilitamiento de la Segob: al nombrar a Roberto Gil Zuarth como su secretario particular le ordenó, además de las tareas propias del cargo -coordinar las actividades de la agenda diaria del Presidente y organizar sus giras al interior del país-, "responsabilizarse de la relación del Titular del Ejecutivo Federal con los otros Poderes de la Unión, con las soberanías estatales y, desde luego, con los ciudadanos".

Blake, desde entonces, fue visto como un secretario con peso en las tareas de seguridad, pero no en la conducción política.

Aunque ya no tiene la facultad de la seguridad, es Segob y no la SSP la instancia que administrará esos recursos y coordinará el proceso de certificación de policías, que es considerado fundamental por Calderón en su estrategia de combate a la delincuencia.
El nombramiento de Poiré, ex vocero en temas de seguridad, ex secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional y del Gabinete de Seguridad Nacional y ex director del Cisen, confirma la intención de dar otra vez al titular de Segob el perfil de encargado de la seguridad.

Manuel Bartlett (1982-1988)

'Falta capacidad y experiencia'

Francisco Labastida (1998-1999)

'No es la Secretaría de quedar bien'

Santiago Creel (2000-2005)

'Hoy tenemos un híbrido'


Peso presupuestal

Las partidas presupuestales asignadas a la Secretaría de Gobernación se redujeron al arranque del sexenio de Vicente Fox, con motivo de la creación de la Secretaría de Seguridad Pública, y crecieron considerablemente en los presupuestos 2011 y 2012.

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